sábado, 5 de enero de 2013

Perdiendo sin saber.

Comienza enero, un nuevo año y dos víctimas del terrorismo de estado: dos personas que se quemaron a lo bonzo en menos de 24 horas, dos seres que tenían problemas económicos, no "tenían ni qué comer" y mil personas han muerto en otros tantos lugares del mundo víctimas del sistema asesino que no ha caído y sigue tardando, hombres y mujeres, niñas y niños que a diferencia del primer mundo no hay cifras exactas para ellas, los medios los omiten porque ya es "algo normal".
Comienza este año con un balance en la linea de la ultima entrada de 2012: duro.
Juanca, el borbón ha sido entrevistado en la tele pública del gobierno central y dice preocuparle el paro y las familias en dificultades, todo ello desde la comodidad de su palace y sin mayor preocupación que la de mantener su tiranía. Todo esto mientras Terra anuncia la muerte de Hugo Chávez, sí, los de Telefonica, los mismos que contratan a Rato y a la calaña que la privatizó.
Dolor, siento dolor, otro día en el que no amanezco a su lado ni capitalistas han simulado a Carrero Blanco. Otro pesar en esta tierra del silencio sin sus besos... Qué dirá el que tanto me cuidó y ya no está si viera en lo degenerada que está mi vida, en cómo me planteo un futuro tan jodidamente incierto, qué dirá si ya no puede decir nada, si ya no está presente por primera vez en estas fechas.
Maldito abril aquél, desgraciado. Valencia degustaba a la vez que hablábamos por teléfono sin saber que sería la puta última vez que lo haria y yo con aquél: "sí, estoy muy bien por el mercadillo" sin nisiquera plantearmelo, sin imaginar que no presenciaría más. Asco, puto asco. Ojalá sea eso lo ultimo que vea que me haga sufrir. Eso espero. Mierdas.
Puta vanidad, puta distancia que sin decir nada tanto dolor provoca. Su cuerpo y su aroma mi perdición sin ningún jodido sentido.
Atentamente desde esta colonia cada día más oprimida llamada Canarias para aquél que se digne a leer lo que publico.