sábado, 14 de abril de 2012

En el recuerdo.

Reacción de incredulidad y rotura de todos los esquemas, era imposible.
Gesto de impotencia a más de 2000 km de distancia y unas incansables ganas de cambiar el tiempo.
Porque a todos nos toca pero no de esa manera, sin más explicación que unas secas palabras pronunciadas con una voz de conformidad.
Era digno de aceptar pero yo no lo acepto. Nunca me lo creí hasta el regreso, mientras ciegas reflexiones a su senda marcan un adiós que jamás quise que el ultimo fuera.
Una lluvia nocturna indicaría lo que tras la oscura sombra de la muerte ésta se llevaría.
De hecho hay una dificultad añadida al más pesar de los dolores y es el de ver a los que más quieres llorar, pasarlo mal y uno conteniendose las lágrimas por no empeorar la situación.
Ver las consecuencias, el aroma de las flores, un pellizco en la
nariz y un nicho ya ocupado quizás me ayudó a descender a la dimensión real, a la siguiente vez creer lo que nunca llegué a creer.
Y ahora tras un iremediable vacío y un espasmo doloroso que no se quiere ir sigo yo sin creer en mi soledad. No puedo olvidar lo que la vida hace por recordarnos de que existimos y de que tal vez no estamos aquí para siempre.
Dices que soy fuerte, ya no.

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