Otra nota de tristeza en este mar revuelto y sacudido por las fuertes olas impulsadas por este viento tormentoso. Es para no variar la consecuencia de la cálida estación otoñal que tan harta me tiene pero que quizás a esta vez sea diferente.
Ya van 17 y sinceramente, tan rápido se va pasando el asco de vida que parece correr en vez de expresar cada segundo del reloj. El odio a lo puro me inquieta, me perturba y a decir verdad moriré antes de ver lo contrario a no ser que lo evite, el morir no, lo otro.
Son instantes en los que tus principios se ven más pisoteados que la constitución española y ya te da igual todo, digno de cobardes que tras sacar tu peor cara te dan premios en tono medio sarcástico medio verdad y que te dan más motivos a la autodestrucción aunque eso es lo de menos, quizás dé más importancia a opiniones ajenas pero realmente no es eso, no lo sé ni yo.
Una porquería llamada envidia que grita dolor y a medida que pasa aumenta, banalidades comparadas con los verdaderos problemas que azotan a este mundo. Ver esa sonrisa cuando en mi cara se dibuja una cara de pasividad y frustración, una vida casi perfecta que parece sin preocupaciones frente a la asqueada de la mía que solo desea la muerte. Ver cómo me siento y tener la hipocresía de interesarse con un "y tú, ¿qué tal?". Ya conozco tu felicidad y tu eterna burbuja reforzada con acero, me sé al pie de la letra como te sientes, tu hedonismo.
Sabes que yo no puedo ser feliz, no tengo burbuja y menos de metal, la única sonrisa que puedes ver en mi cara es la que está presente por no llorar, no tengo tus privilegios y mucho menos eso que tanto deseo y que ya tienes. No necesito saber como de bien te lo pasas y no ceses de repetir que eso que vives es lo más bonito del mundo. Bobadas.
Me enerva volver a leer aquellas antologías sentimentales para ver lo estúpida que un día fui y que por la idiotez del receptor jamás supo ver lo que quería, no entendió una indirecta, se planeó mas echose atrás. Hubiera salido traumatizada mínimo, que ilusa he sido, cuánto me he equivocado y he creído en falsedades. Solo me sirvió para escribir mejores cursiladas en mis artículos y aquí estoy, hecha una mierda y sin escribir maravillas del amor, falsa alarma, el verdadero vino meses posteriores y de momento no he publicado nada ya que prefiero guardarlo para mí porque ni siquiera me creo su existencia realmente. Afortunada de formar una pequeña parte de su vida, de ser mi sol, mi pequeño gran sol.
Tengo demasiada música alegre en el
iPod y pocas me ayudan en este momento porque no quiero saber nada del lamentable pasado que me rodea en el presente y me atormentarà en el futuro. No quiero dormir a pesar de que me quedan 7 malditas horas, no quiero comer, no quiero dolor, no quiero vivir.
Antes de ver la muerte veré el sol y en ese instante su cálido abrazo hará que ya no quiera morirme y llegue a amar la vida y pueda decir que no todo era tan mierda como yo pensaba. Contando los minutos que faltan estoy, no sin antes pasar una noche con usted (o dos).
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