lunes, 19 de marzo de 2012

Cómo callar

Dime cómo callar si la más grande motivación que acontecen mis días es connotar de tu presencia invisible a fecha de hoy.
Explicame como callar las voces de mi alma que a gritos piden amarte.
No eres platónico. No eres una ilusión.
Quiero desintegrarme en la calenturienta oscuridad para así evitar sufrir de un amor imposible.
A veces solo quiero regresar a los más reconditos confines de la materia oscura. No me gusta ser sentimentalista ni mucho menos inaudita a tu mirada.
El odio y el rencor formaron parte de mi vivir, celos de cordura y de sutilidades.
No seas victimista. Sé más de lo que crees y como tengo la certeza de tu lectura, por este medio lo aclaro.
Necio no seas, y no interpongas a terceros en banalidades que hicieron de tripas corazón.
Ni espíritus, ni apariciones ahora confio. Es una de tus innumerables patrañas para generar un sentimiento de miedo.
Falacias naturales como las de Weittgeinstein condecoran una neurosis colectiva y un afán por tener bajo tu mirada cada detalle insospechado en un principio pero que ahora tus agravios me hacen encajar cada una de los rompecabezas y paradojas que componen tu fantasía.
¿ Quieres que calle y no relate una clara invasión de la más intocable intimidad ?
¿ Crees que no me doy de cuenta ?
Visto lo visto, tu vista no vio lo que realmente ocurría. No sabes diferenciar el cariño del amor por el prójimo. Que conste que no eres el prójimo al que me refiero.
Rencor no te guardo y mucho menos malos pensamientos que daño te hiciesen.
Quiero descansar en paz. Por siempre.

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