Érase una vez una sociedad de paletos y borregos que seguía ciegamente aquello que cuatro aburguesados les mostraba por la tele asegurando un cambio en sus vidas.
Érase una vez una sociedad enormemente ignorante que copiaba unos patrones que no encajaba con su situación pero sumisamente buscaban la compesacion en forma de 400 míseros euros por una esclava jornada limpiando los excrementos de aquellos poderosos perroflautas que de ellos se ríen.
El cuento no acababa porque perduraba en la historia esta fatigante situación de parasitos sociales que se planeó para ellos aumentando su precariedad hasta el fin de su existencia.
Como es el indignante caso de Canarias que siendo cada vez precaria existe un sentimento colonial-español que en la propia España castellana,de los confines del propio idioma y la cuna de la cultura hispana no abunda. Para que negarlo, somos sumisos y nos gusta encajar en un patrón social para evitar ser discriminados, ya que temen lo diferente y repudian a aquellos que luchan por despertar a la masa inducida en un arrogante sueño materialista de falsas comodidades.
No temo sus mentiras. Sigo en la lucha. Seguimos en la lucha.
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